Dentro de la religión cristiana destaca una celebración conocida como Viernes Santo, y es el día más importante dentro del período de Semana Santa.
La razón de esta festividad es que se celebra la muerte de Jesús de Nazaret. Se trata de un día en el que hay que guardar ayuno además de no comer carne como penitencia por la muerte.
Se trata de un día en el que no se celebra la Eucaristía y se resume a adorar la Cruz en la que Jesús fue crucificado. Se suspende la Misa y se realiza la Liturgia de la Pasión del Señor, alrededor de las 15:00 horas. Existe la posibilidad de posponer esta eucaristía, pero nunca se celebrará posteriormente a las 18:00 horas.
Esta liturgia se comienza celebrando en silencio, mientras el sacerdote, con el rostro en tierra, se arrodilla frente al altar. En este mismo instante, tanto el diácono y los ministros como los fieles tendrán que arrodillarse unos instantes en silencio hasta que el sacerdote se levanta y reza una oración.
Seguidamente, los fieles se sientan y se realizan las lecturas del profeta Isaías y la segunda del apóstol San Pablo.
Una vez finalizadas sendas lecturas llega el momento de la Pasión según San Juan, lectura que es realizada por varias personas. El siguiente paso está conformado por las peticiones.
Siguiendo adelante se procede a venerar el árbol de la Cruz para finalmente besar la Cruz. Una vez terminado este proceso un mantel se coloca sobre el altar y los fieles rezan el Padre Nuestro, se da la paz, y se reza el Cordero de Dios. El siguiente paso es dar la Comunión a los fieles.
Finalmente llega la Vigilia Pascual, que es el momento en el que los fieles esperan la Resurrección del Señor junto a María. En este tiempo el silencio y la meditación sobre la muerte del Señor son imprescindibles.
Aunque esta es la tónica habitual para realizar esta ceremonia, lo cierto es que en muchos países se opta por distintas modificaciones leves, que al final buscan llegar a lo mismo.
El Viernes Santo también es celebrado en las Iglesias Ortodoxas, pero con algunas modificaciones como el atuendo, que pasa a ser negro en ese día.
Los protestantes luteranos en la actualidad dan más importancia a la celebración en Jueves Santo, es decir, un día antes.
Y los Anglicanos no cuentan con ningún escrito relacionado en el Libro de Oración Común del año 1662, pero lo cierto es que se da lugar a varios servicios relacionados.